Si diciembre te resultó frío, aguarda, porque acabamos de entrar al bimestre más gélido del año. Enero es el mes de los buenos propósitos, los futuros retos, el crecimiento ligero de los días y también el de los huertos preparados para las heladas y nieves. Todo esto, obviamente, cuando hablamos del hemisferio norte del mundo. Quienes andéis en Argentina, Chile, Uruguay, o cualquier región del sur, y estéis disfrutando del verano, ahora tendréis la época de mayor productividad en vuestros huertos.
Después de la guía de otoño, que hace unas semanas dejó de servirnos, os damos ahora pistas sobre las siempre y cosechas de este mes de enero.
Además, igual que en este primer mes del año, comenzamos a planificar el resto del año, nuestras dietas para llegar a adelgazar, las vacaciones que escogeremos en el trabajo y dónde pasarlas, cómo haremos para que nuestro plan de dejar de fumar funcione o qué plan anual del gimnasio escoger, también es un gran mes para adaptar nuestro huerto a lo que será el resto del año. El huerto, como otros asuntos de nuestra vida, también necesita planificación.
Así, el huerto y sus vegetales de esta época, pueden protegerse, ahora en enero y en febrero, de las temibles heladas, para que cuando llegue la primavera, esté perfecto para dar todos los frutos que la estación de las flores puede regalar. Y es que, aunque ahora es el momento donde básicamente las plantas resistentes a cualquier clima son las que vamos a poder comer, hay que preparar las semillas para el próximo mes de marzo y eso es un trabajo que comienza ya.
Básicamente, las hortalizas resistentes a cualquier temperatura del año y condición meteorológica. Así, tenemos que las cebollas, lechugas, acelgas, espinacas o guisantes (estos últimos si tu huerto está en una zona cálida a pesar del invierno, ya que a temperaturas de menos de cinco grados su crecimiento será muy lento), y zanahorias. Esta última puede ser plantada directamente en suelo, dejando un espacio de entre 7 y 10 centímetros entre semilla y semilla y dentro de dos meses ya veremos el fruto creciendo bajo la tierra. Eso sí, manteniendo el entorno relativamente húmedo pero sin encharcar.
Un dato a tener en cuenta es que las zanahorias se asocian cómodamente en la tierra con cebollas, ajos, lechugas, rábanos, tomates y guisantes, mientras que se deben evitar las verduras de la misma familia como pueden ser el perejil, el apio y el hinojo. Así, tenemos que, por ejemplo el ajo, capaz de compartir espacio con las zanahorias, se puede sembrar el diente de ajo directo a la tierra durante el invierno y otoño y su resistencia al frío, hace de esta una de las hortalizas estrellas de esta época invernal.
En cuanto a las lechugas, cabe especificar que es común realizar un semillero, aunque también se puede hacer por siembra directa y posteriormente realizar aclareos, para finalmente dejar una distancia entre plantas de entre 20 y 30 centímetros. Realmente es mejor haber plantado estas semillas en otoño y es que, durante todo el año, son buenas para cosechar.
En cuanto a las habas (fabes), si seguiste nuestra guía de otoño y las plantaste, y si han estado bien protegidas de heladas (no son tan resistentes como los vegetales anteriormente mencionados), deben seguir siendo protegidas de bajas temperaturas y vientos, y probablemente pronto, si todo va bien, podamos comenzar a recoger las vainas tempranas. Mejor evitar asociarla con cultivos de su misma familia.Son compatibles con la zanahoria, el rábano, la col y la lechuga.
Las espinacas serán también buenas aliadas en esta fecha, ya que no necesitan mucha luminosidad y se da muy bien en climas húmedos. Aunque se suele cultivar un poco antes, las espinacas aún se pueden sembrar a lo largo del mes de enero. Hace falta tener en cuenta que necesitan suelos húmedos, mediante riegos cortos y constantes.
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La mayoría de hortalizas, que se cosecharán en los meses de primavera y verano, pueden sembrarse en semilleros a principios del invierno, por lo que esta fecha es clave. Cabe recordar que el frío y la dureza de las condiciones climáticas harán en este mes que nuestro huerto no nos lleve mucho tiempo y, será mejor dedicarnos durante las próximas semanas a planificar nuestra cosecha anual y hacer acopio de semillas.
Es buena época para crear semilleros de hortalizas y verduras como la berenjena, la calabaza, el apio, el calabacín, el pepino, el tomate y el pimiento, protegidos del frío.
Eso sí, estos semilleros que comenzaremos en esta época deben estar bien protegidos, y hay diversas formas de conseguirlo. Por ejemplo, probablemente el más común sean los semilleros cubiertos con una estructura de plástico o vidrio que cuenten con algún sistema de ventilación, como un pequeño invernadero, que nos ayude a regular mejor la temperatura y humedad.
Hay otra opción y es aquellos que se llaman semilleros de cama caliente, y que sirven para definir pequeñas estructuras de plástico o vidrio que cubran el recipiente donde se hayan puesto las semillas y que llevan una capa de estiércol fresco o puede calentarse de forma eléctrica, con cables calefactores de terrarios, sistemas de calefacción que eleva la temperatura dentro de la cajonera. La Cama caliente. Es más propicio para el invierno, y se usa para diferenciar de los semilleros en cama fría, los cuales usan estructuras de madera u otros materiales con una cobertura de vidrio o plástico que puede quitarse. Se utiliza para adelantar unas pocas semanas el semillado de ciertas especies, pero este es solo para cuando tenemos climas más suaves.
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