La historia de Piensos Lago comenzó en El Entrego, un pueblo minero asturiano, un 2 de septiembre de 1962. Corsino Lago Fernandez y Lucinda Valles Fernadez tuvieron la idea de abrir una tienda de venta de piensos, pollos, gallinas, material avícola y  otros productos interesantes para la agricultura y el cuidado de animales. 

¿Por qué esta idea en una región cuya economía se basaba en la minería? Porque, además de la extracción del carbón, El Entrego y todo el valle se rodea de interminables fincas y colinas que hacen que en esta región hubiera muchas personas que tuvieran animales y huertas. Eran años muy duros y de mucho trabajo, donde el sueldo de la mina no siempre daba para mantener a una familia y hacía falta recurrir a la tierra y a los animales para subsistir. 

La idea se les ocurrió a Lucinda y a Corsino con el objetivo de tener unos ingresos complementarios. Abrieron su tienda en la calle Hernando Palacio Valdés, ( ahora está en  la calle La Xana). Corsino también trabajaba en la mina pero el sueldo, como el de los demás mineros, era muy bajo. "Esta idea llevó a crear una empresa pionera en la comarca. No había más tiendas de agricultura por la zona", explica Ramón Lago, hijo de Corsino y de Lucinda y ahora gerente de Piensos Lago. 

Tanto en El Entrego como en los alrededores, la gran mayoría de la gente trabajaba en la extracción del carbón, pero muchos tenían una huerta, unas pocas vacas, caballos, ovejas. No vivían de ello, era un complemento alimenticio e incluso para algunos una afición, una costumbre. Aquellos que conocen esta región de la Cuenca del Nalón saben que la orografía es muy montañosa, lo que dificulta tener grandes rebaños o plantaciones agrícolas amplias. 

Los comienzos de este matrimonio entreguín fueron muy difíciles. Lucinda atendía la tienda y Corsino, cuando acababa sus turnos en las galerías de carbón, iba a mercados ambulantes donde vendía pollos y gallinas. "Fueron pioneros en poner una tienda agropecuaria", explica Ramón Lago. "Era la primera tienda en Asturias (había almacenes de piensos, pero no con toda la diversidad de artículos que esta empresa empezó a incorporar pronto) y probablemente de las primeras en España".

Él también recuerda que tanto él como su hermano Jose Luis, desde muy pequeños se implicaron en las tareas de la empresa, mientras estudiaban. Cuando crecieron, se incorporaron a la actividad. Una actividad que se vio interrumpida por el obligatorio servicio militar que existía en el Siglo XX. Cuando volvió Ramón de la mili, con 20 años de edad, la empresa inauguró un almacén en Sama de Langreo y dos años después en Mieres y a continuación en Riañu. 

La iniciativa de crear un pienso propio

Durante sus primeros 20 años, la empresa distribuía la marca de piensos Biona. Y en el año 1980 surgió la idea de fabricar su propia marca. El objetivo era poder ser más competitivos en cuanto a precio. 

En el año 1982 Lucinda y Corsino deciden dar el relevo a sus hijos. "En esa época coincidió que España comenzó su entrada en la Unión Europea, lo que supone acceder a un mercado más amplio y común, por lo que la empresa comenzó a crecer y a abrir nuevas tiendas". Explica Ramón que se comenzó a ampliar el personal contratado y un servicio de reparto con camiones que llegaban a hogares de casi toda Asturias llevando pienso". 

Piensos Lago se adapta al Siglo XXI

En el año 2013 se abrió la nueva tienda de la empresa en una nave del Polígono Industrial de Granda. "Había que crecer y pensamos en abrir centros agrícolas más grandes y bien situados para tratar de abarcar toda Asturias", explica el gerente de la marca. Este lugar ocupa un espacio de 3.350 metros cuadrados y en ella se instaló una nueva fábrica con la última tecnología dedicada a la fabricación de piensos, todo automatizado e informatizado. 

"Fue una apuesta fuerte por una fábrica moderna, digitalizada y con un proceso de fabricación más rápido y con menos costes. Ahí surge la nueva marca la Molinera", explica Ramón que destaca la buena acogida por parte del público.

Otra de las novedades de esta tienda es que incorporó la venta de maquinaria agrícola, forestal y de jardín con un taller propio de reparaciones y servicio técnico. Si una máquina falla, puede repararse en el mismo lugar en el que se ha comprado. También aprovecharon para incorporar muchos más productos de uso doméstico, de jardín y para la vida urbana, donde la naturaleza también es importante. 

Para llegar a más personas, en noviembre de 2017 arrancaron las ventas por Internet a través de una página web propia, junto con el centro logístico. De este modo, Piensos Lago ha logrado llegar a más personas de diferentes puntos geográficos, lo que llevó a contratar a personal encargado exclusivamente de recibir y preparar los pedidos, además de atender cualquier tipo de sugerencias por parte del cliente. 

Y, camino de los 60 años de vida, la empresa promete que alguna novedad importante está por llegar.