Celia Vallina es ahora mismo una de las agricultoras más reconocidas del centro de Asturias. Las fabes y las hortalizas son la clave de su negocio. Desde pequeña, ya acompañaba a su padre y a otros familiares a la huerta a ayudar con las tareas. Luego trabajó desde muy joven en supermercados pero, cuando hace dos años se quedó sin trabajo, decidió que era un buen momento para emprender su propio negocio aprovechando las oportunidades que la tierra da.

La pareja de Celia ya llevaba seis años dedicado a la agricultura y también es ganadero. Y ella decidió "lanzarse a sembrar", como la misma Celia explica. "Empecé con poquita cosa. Tenía un invernadero de tomates, y algo de tierra donde cultivé lombardas, repollos y lechugas. Lo primero que hice para darle salida fue ponerme en contacto con vecinos, bares y alguna tienda y también al mercado de Pola de Siero". En esos lugares encontró a sus clientes principales. 

Y su estrategia de negocio funcionó y Celia y su emprendimiento siguieron creciendo. Ahora cuenta con tres invernaderos grandes y con tierras varias destinadas a las siembras de verduras y fabes. La empresa se ubica en la localidad de San Miguel de la Barreda, del concejo asturiano de Siero. Y vende en los mercados de Pola de Siero, el Berrón y La Felguera, además de que es empresa proveedora a bares locales, tiendas de la zona y vende directamente a vecinos. 

"Esto lo estamos montando sin subvenciones", explica la agricultora que añade que según su empresa fue consiguiendo dinero, este se va reinvirtiendo. 

Ella se muestra muy feliz con la decisión que ha tomado en su vida. "La satisfacción de trabajar aquí es que en el día a día ves que lo que siembras va dando sus resultados y que la gente, nuestros clientes se muestran contentos con el producto y eso nos da ánimos para continuar". 

¿Qué se necesita para que un emprendimiento de este tipo funcione? Dice Vallina que mucho trabajo y muchas ganas. Esta labor "no es coser y cantar, hay q trabajar y no se pueden dejar desatendidos los cultivos". Además, es muy importante mantener un buen trato con el cliente, afirma la empresaria. 

Una de las principales quejas de Celia, como de gran parte de las personas que dedican su actividad al campo, es la poca importancia que los políticos dan a estos empresarios de la agricultura y de la ganadería. 

"Les fabes de casa" su gran fuerte

Su empresa se llama Fabes y Hortalizas Celia Vallina, mientras que la de su pareja es Fabes Vegargüelles. Y es que, además de las hortalizas que ya mencionamos, ambos han hecho un gran esfuerzo en el cultivo y la siembra de fabes: blanca de la granja (que en Asturias se usa para su famosa fabada), "roxa" (las alubias o judías rojas), verdina (muy común para cocinar con mariscos), mandilin (muy poco conocida, y muy recomendable para cocinar estofadas) y negritos (alubias negras). 

"Cultivar fabes no es complicado", explica Celia, aunque sí que "hay que estar muy pendientes de cuidarlas y de que no tengan ninguna enfermedad". Ella destaca que en Asturias, la gente quiera la faba de casa, la de siempre, y eso es lo que se busca en el mercado. 

Reinventándose durante la emergencia sanitaria

Cualquier que tenga una empresa, sabe que hay que ser flexibles a todos los contratiempos que van apareciendo. Mientras que empresas de muchos sectores no pueden abrir sus puertas durante el estado de alarma que se declaró a causa de la emergencia sanitaria por el nuevo virus Covid-19, el sector de la alimentación sí que tiene que continuar. Pero los mercadillos semanales están cerrados, al igual que los bares a los que la empresa de Celia vende.

Por ello, tuvo que reinventarse durante estas semanas. "Los agricultores nos hemos tenido que mover mucho para vender ya que los mercados están cerrados". Por ello, comenzaron a vender a domicilio y "nos han salido muchos clientes". Además de dar salida a unas verduras y evitar perder el género, "también vimos q es una forma de ayudar a la gente ya que muchas personas no pueden salir de sus casas".  El resultado ha sido muy bueno y, de hecho, la idea es continuar ofreciendo alimentos a domicilio una vez que concluya esta situación tan complicada. 

La iniciativa se ha llevado a cabo de la mano de varias empresas alimenticias de la  misma comarca y funciona los siete días de la semana. 

En definitiva, con su experiencia, Celia Vallina anima a las personas a aprovechar las oportunidades del campo. Que, de hecho, en Asturias, existen, como ya desde Piensos Lago analizamos en otro reportaje.