La agricultura va en decadencia. Asturias es la comunidad autónoma de todo el estado español que más pueblos pierde a causa de la despoblación. La media de edad va subiendo en la región, ya que mucha gente joven emigra y cada vez se tiene menos hijos, mientras que no llegan suficientes personas de fuera para cubrir estas pérdidas. No suenan muy alentadoras las constantes noticias que nos llegan constantemente sobre la situación en Asturias y que se puede extrapolar a otras provincias españolas, ya que por aquí, donde Piensos Lago ha nacido, no somos los únicos que hemos ido abandonando el campo. 

La buena noticia es que este panorama deja un espacio enorme al emprendimiento en agricultura. Y, como queremos que conozcas las opciones que tienen al respecto si sueñas con tener tu propio negocio en el campo, en la siguiente guía te contamos cómo funciona el tema de emprender y hacerse autónomo y te mostramos qué ayudas existen públicas para ayudar a las personas que tienen el interés de ser empresarios o empresarias en el sector agrícola.

Claves: emprender en el campo

Primero de todo ten en cuenta que España es un país con una situación geográfica privilegiada que hace que el campo nos regale fácilmente una inmensa variedad de productos. Por lo que, la materia prima está a mano. Otra ventaja es que el éxodo a la ciudad que lleva décadas hace que haya muchos pueblos abandonados y que, en general, comprar una casa en el campo no suela costar mucho dinero, a no ser que esté en un paraje turístico.

Al mismo tiempo, el trabajo en el campo es duro, son muchas horas y es difícil tomar un descanso. Además, el mercado global hace que las frutas y verduras llegadas de otros países cercanos, salgan más baratas, al igual que la competencia que hace la agricultura extensiva que se da en varias zonas de España, usando mano de obra casi esclava, lleva a que puedan vender más barato que un pequeño agricultor. Ahí habrá que saber diferenciarse para poder ofrecer precios competentes junto con productos de calidad. Y otro recollo son los impuestos que todos debemos pagar, seamos agricultores o no.

Los profesionales en el sector advierten que, a la hora de comenzar un negocio agrícola hay que hacer un plan. Y ahí hay que decidir el sistema de desarrollo de la explotación. Las alternativas a escoger son la producción tradicional, el de mínimo laboreo, la siembra directa o las siembras ecológicas, de acuerdo con el Instituto IDAE. 

Pagar autónomos siendo agricultor

Un asunto que siempre nos puede tirar para atrás a la hora de emprender cualquier negocio son los impuestos que pagamos. Pero hay que recordar que gracias a ello, los pequeños estudian en colegios gratis y de calidad y podemos ir al médico siempre que lo necesitamos. Además de que la gente mayor puede jubilarse y tener su pensión. 

Este verano fue noticia que el Ministerio de Trabajo, MIgraciones y Seguridad Social ha abierto varios expedientes a agricultores temporales para que se den de alta en el RETA y abonen las cuotas adeudadas de ejercicios anteriores. Cabe decir que todas las profesiones deben darse de alta en autónomos aunque generen muy pocos ingresos. 

Para las asociaciones agrarias, esta medida es un error que hará que muchos agricultores esporádicos abandonen sus parcelas por los bajos rendimientos que generan. Probablemente, un cambio que hace falta y que organizaciones de trabajadores autónomos llevan mucho tiempo reclamando de forma conjunta es que el pago de la cuota se adecúe a los ingresos. En España, a diferencia de otros países, independientemente de tus ingresos, la cuota mínima fija es la misma para todos. Aunque ingreses menos que esa cantidad, se obliga a las personas a pagarla, bajo riesgo de multa por no hacerlo.

De todos modos, cabe aclarar que se hace una distinción para que un profesional independiente sea considerado autónomo agrario, como el hecho de que obtenga como mínimo el 50% de sus ganancias a partir de la explotación agrícola, y que el rendimiento neto anual no sea superior al 75% de la base máxima en relación a las cotizaciones en régimen general. 

La buena noticia es que durante el primer año, hay un gran descuento a los recién registrados como autónomos. 

Ayudas para emprender en el mundo agrícola en Asturias

Ahora bien, sí que hay ayudas para jóvenes que quieran arrancar su propio proyecto de agricultura. En este caso, vamos a hablar de propuestas que ofrece el gobierno del Principado de Asturias, por ser nuestro lugar de origen y la tierra de la mayoría de nuestros clientes. Pero seas de la provincia que seas, probablemente podrás acceder a otras ayudas.

En Asturias, se han creado ayudas para la creación de empresas para jóvenes agricultores. Y teniendo en cuenta que 'los 30 son los nuevos 20 y los 40 los nuevos 30", que tanto nos dicen, cuando el gobierno desde Oviedo nos habla de jóvenes se refiere a personas de entre 18 y 40 años, ambos inclusive.

Cuando se solicita la ayuda hay que estar en el proceso de establecer una empresa agrícola, no sirve hacerlo después y deben estar en acceso, primera vez a la titularidad de una explotación. Esto se traduce a que no podrán optar a estas ayudas los jóvenes agricultores que hayan "iniciado el proceso de establecimiento con anterioridad a los 24 meses previos a la solicitud de la ayuda; que no estén en proceso de establecimiento o que lo hayan finalizado con anterioridad a la solicitud de ayuda", como explica la Web oficial.

Se debe presentar un plan empresarial y siempre teniendo la capacitación y competencia profesionales adecuadas o bajo el compromiso de obtener estas en un plazo de 36 meses desde la concesión de la ayuda.  La cuantía de la ayuda se establece en 50.000 euros, pero solo si el plan que se apruebe se llega a implementar complemante. Y es que la ayuda se abona en tramos. Primero, en caso de aprobarse la ayuda, se da un 35 % del importe total de la ayuda, cuando se acredite el cumplimiento de la fase 1 del plan empresarial. El importe restante (65 %) cuando se acredite el cumplimiento de la fase 3 del plan empresarial.

Aquellos que consigan esta ayuda Comenzar a aplicar el plan empresarial dentro de los nueve meses siguientes a la fecha en la que se adopte la decisión por la que se concede la ayuda.

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