Aún estamos en invierno, pero en el norte de España hace sol y calor. En febrero, el que debería ser uno de los meses más fríos del año, con alguna nevada, nos hemos encontrado las terrazas de bares llenas de gente y los bancos de los parques desde hace unas semanas, ya son un lugar donde sentarse a aprovechar el sol que tanta fuerza da al cuerpo. Al mismo tiempo, los árboles han comenzado a florecer y muchos muy pronto darán sus frutos.

La primavera es una estación especial. El cambio necesario tras los meses grises de frío. Pero ahora estamos aún en invierno, de acuerdo con el calendario, así que, por muy bonito que se vea a nuestro alrededor, estas temperaturas y este sol puede ser que no sean muy positivos para nuestra naturaleza. El cambio climático tiene graves consecuencias. Las altas temperaturas y el sol, tras los meses fríos, llevan a los árboles a florecer. Y si este calor llega antes de tiempo, tenemos flores tempranos y  a los animales un poco desorientados.

Pájaros e insectos desubicados

Veamos. No es sólo que los árboles florezcan a destiempo, sino que eso también afecta a muchas especies de animales, en especial los pájaros e insectos.  Una primavera más temprana, como advierten los expertos en biología, afecta los niveles de polen, puede precipitar la llegada de plagas como garrapatas y mosquitos, y puede poner a los cultivos en riesgo de heladas tardías.

Explican los científicos que, si las plantas y los animales cambian el momento de la floración, pero la migración de especies se mantiene, o va a otro momento (porque también los animales están un poco perdidos con este calor) hay importantes consecuencias como que las flores y los insectos que las deben polinizar aparezcan en momentos diferentes y no se encuentren.

En los años 50, Pere Comas, un maestro del pueblecito catalán de Cardedeu, comenzó a llevar un exhaustivo registro de las fechas de aparición y caída de las hojas, la salida de las flores y de la maduración de los frutos de más de cien especies de plantas cultivadas y silvestres. Y consiguió conclusiones que, a pesar de salir de una persona aficionada, se publicaron en medios de todo el mundo, por su utilidad. Una de las más destacadas de las informaciones que este profesor consiguió aportar es que ciertas mariposas han adelantado su metamorfosis 11 días, lo que le llevó a concluir que las altas temperaturas fuerzan a los insectos a madurar antes de tiempo y esto lleva a un desajuste del reloj biológicos de los ecosistemas naturales, los cuáles naturalmente, estaban bien sincronizados para complementarse. Pero si se altera uno de los elementos, esto repercute en los demás y esto puede llevar a un trastorno de la cadena alimenticia y reproductiva de muchas especies.  

Proteger los árboles de las heladas tardías

Si tienes árboles frutales, no pierdas de vista las posibles heladas del mes de marzo.  Se espera que, tras estas semanas dulces, puedan llegar noches muy frías. Estas pueden dañar las flores aparecidas antes de tiempo y las futuras cosechas. Respecto a esto último, no lo pierdas de vista. Se espera que en marzo puedan llegarnos algunas temperaturas que correspondían al mes de febrero. Y, por ese motivo, debemos seguir teniendo el cuenta cuáles los consejos para proteger los árboles de las heladas. Aunque cuando las bajas temperaturas llegan a destiempo y el árbol ya ha florecido, pueden tener consecuencias peores: y es que éstas  matan las flores y, por tanto, su fruto posterior.

Una de las opciones que tenemos para proteger los árboles de las posibles heladas tardías, que muchos esperan que lleguen en las próximas semanas, son la utilización de protectores termicos. Para ello, se instalan columnas entre los frutales sobre los que se extiende una especie de toldo de material plástico transparente, que se desplegará durante las noches en los periodos de entretiempo para evitar que la helada caiga sobre los árboles. Este método es bastante efectivo aunque si usas los cultivos para la comercialización del fruto y estas plantaciones son muy grandes, tienes que barajar hasta qué punto compensa la inversión a largo plazo.

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Por otro lado, cabe  no olvidar que el riesgo de heladas se incrementa en suelos labrados, secos o los que tienen una cubierta vegetal densa. Por tanto, se recomienda regar estas tierras que rodean a los árboles por las noches y por las mañanas, cuando las temperaturas son más bajas, para disminuir así el riesgo de que una helada vaya a dañar su evolución. Y también es recomendable mantener el suelo limpio de vegetación (sin labrar).

Si tus árboles están situados en las zonas bajas de los valles, más susceptibles al frío, hay que saber que este no es el mejor lugar para contar con frutales, a no ser que sepas que son especies resistentes. Pero, si ya están plantados, tienes que extremar las precauciones nocturnas frente a las heladas.